En un pequeño universo de tres personajes el autor trata de desarrollar el sentimiento generacional de una época difícil de definir en pocas palabras (por la dispersión y ambigüedad de las ideas que los motivan). A manera de diario, Andy relata la vida junto a sus amigos Dag y Claire en Palm Springs, donde han decidido vivir muy por debajo de las expectativas y aspiraciones de la clase media.
Ellos han dejado atrás buenos empleos para aislarse de la vida común de norteamericanos en plena edad productiva y son concientemente subempleados, sólo por el deseo de una vida alternativa e independiente.
En los personajes hay “algo” de desconsuelo por vivir en un momento donde hay poco en que creer todavía, parecen aplastados por una historia que los marca y en la cual no pueden incidir.
A pesar del desengaño albergan esperanzas de disfrutar realmente la vida y hacerla digna de contarse, con actitud de desenfado buscan en formas alternativas, incluso ingenuas, como vivir individualmente.
La mayoría de los sentimientos son muy en respuesta a la condición posmoderna.
La novela se desarrolla no sólo como una llana descripción antropológica, tiene emoción y belleza en la forma literaria y en el sentimiento de los protagonistas.
La visión de mundo de los personajes es un poco pesimista pero asumida de manera artística. Coupland ocupa recursos extraliterarios como notas y dibujos al margen, algunos son audaces reduccionismos con mucho sentido del humor. Otra virtud del libro es no volver caricaturas a quienes describe.
El autor demuestra que se puede hacer literatura del reciclaje de la cultura pop. A diferencia de mucha literatura de supermercado estadounidense "Generación X" es de mucho contenido, nada ingenuo y una buena interpretación de la época.
No hay que dejarse engañar por la aparente superficialidad del tema, e incluso del estilo, porque aborda muy buen espíritu de una generación y del ser humano general. Y como dice Oscar Wilde "solo los superficiales no comprenden la filosofía de lo superficial".